TEST CITAP
Proceso Experimental
1. FASE DE CONSTRUCCION DEL TEST
PARTIENDO DE 5 SUBPRUEBAS
De acuerdo con las consideraciones teóricas expuestas anteriormente, decidimos confeccionar una prueba dividida en cinco subpruebas: direccionalidad, pulsión tónica, coordinación visomotora y procesos de codificación-descodificación.
La primera subprueba quedó configurada con 27 ítems, en los que se exploraba la correcta direccionalidad. La puntuación que podía darse a cada ítem era 0 ó 1.
La segunda subprueba, compuesta de 15 ítems, estaba destinada a medir el control tónico en el uso del lápiz sobre el papel. La valoración de cada ítem era 0 ó 1.
La tercera subprueba, con 25 ítems, de valoración 0, 1 ó 2, exploraba distintos movimientos de la mano con el útil sobre el papel.
El cuarto subtest, con 39 ítems, exploraba los procesos de codificación y descodificación, por medio de un código que hacía transformar una señal auditiva en una respuesta motora y, posteriormente, una auditiva en visual. La valoración de cada ítem era 0 ó 1.
En la presentación de los ítems se procuró que se incluyesen todas las variaciones posibles en cuanto a la variable que estaban explorando, y que f ueran lo más homogéneos posible en las variables extrañas, para controlarlas.
MUESTRA ALEATORIAMENTE SELECCIONADA
Construida la prueba, el objetivo del trabajo en esta etapa era su aplicación a una muestra aleatoriamente seleccionada que nos permitiera la confección del test definitivo mediante el estudio de los índices de fiabilidad de los ítems.
Fueron seleccionados aleatoriamente (utilizando una tabla de números aleatorios) un total de 100 sujetos, con las siguientes características:
- Edad. Se establecieron cinco grupos de edad:
- de 5 años y 6 meses a 5 años y 11 meses
- de 6 años a 5 años y 5 meses
- de 6 años y 6 meses a 6 años y 11 meses
- de 7 años a 7 años y 5 meses
- de 7 años y 6 meses a 8 años
- Sexo. Aproximadamente la mitad de cada grupo eran niños, la otra mitad, niñas.
- Nivel social. El total de la muestra provenía de cinco colegios, 3 privados y 2 públicos.
- Población. El total de la muestra pertenecía a la población de Madrid.
REALIZACIÓN DEL TEST
Para la aplicación de la prueba se le proporcionaba al sujeto un lápiz de mina blanda y el papel necesario para los ítems de ejecución.
La aplicación se llevó a cabo por personal cualificado, colaborador de C.I.T.A.P., con experiencia psico-pedagógica, a los que se les dieron instrucciones estandarizadas para la aplicación del test y con los que además se tuvieron varias reuniones de cara a unificar criterios y resolver dudas dado que se encontraban con un material novedoso.
Todas las valoraciones fueron revisadas por los autores, con el fin de eliminar errores debidos al examinador.
Dada la naturaleza del test, se eligió para estudiar su fiabilidad el método del test-retest, ya que todos los ítems miden destrezas, y no cabía pensar en que aspectos de memoria pudiesen contaminar la reaplicación. El período interpuesto entre aplicaciones fue de un mes.
Para estudiar la consistencia interna del test se calcularon:
- Índice de fiabilidad de cada ítem con su subtest.
- Índice de homogeneidad de cada ítem con el propio subtest.
- Índice de fiabilidad de cada ítem con el test global.
- Índice de homogeneidad de cada ítem con el test global.
- Homogeneidad de cada subtest con el resto de los subtest.
En base a los resultados de los índices mencionados, atendiendo a la fiabilidad y a la consistencia interna, seleccionamos del total (106) 45 ítems que son los que configuran el test definitivo.
2. BAREMACION
Para el estudio de la baremación del test se utilizó una muestra de sujetos compuesta por un total de 215 niños en edades comprendidas entre los 5 años y 12 meses y los 8 años.
De los totales se extrajo el número proporcional de sujetos que, clasificados por regiones autonómicas, sexo, edad y tipo de centro, tendrán que configurar el número total de la muestra.
Exponemos los índices obtenidos a partir de la muestra de baremación que pueden ofrecer un interés más general:
- Correlación de cada subtest con el resto de test:
- Subtest 1.: 0,5291.
- Subtest 2.:·0,5610.
- Subtest 3.: 0,5546.
- Subtest 4.: 0,5543.
- Fíabilidad del test:
- Subtest 1.: 0,8686.
- Subtest 2.: 0,7758.
- Subtest 3.: 0,8462.
- Subtest 4.: 0,6302.
- Test Global: 0,9117.
- Varianza primera aplicación: 41,84.
- Varianza segunda aplicación: 48,20.
Algunos de los tests conocidos que se ocupan de parte de estos procesos, como la prueba de Organización Espacial de Piaget-Head, el test Grafométrico de Ajuriaguerra y Auzias, el test de Estructuración Temporal de M. Stamback, el test de Análisis de Lecto-escritura de M. Cervera y J. Toro, presentan la dificultad, en el estudio que estamos realizando, de no poder establecer entre sí una correlación matemática. Para el estudio de la validez del test hemos utilizado la subprueba de Coordinación Viso-motora del test de «Desarrollo de la Percepción Visual» de M. Frostig, porque a nuestro juicio es la que mayor relación tiene con todos los procesos que se analizan en el test y por ser esta una prueba de contrastada validez.
Validez: r x y = 0,88
Excluyendo un comentario pormenorizado de cada ítem, que solo interesaría a los muy especializados, o en un posterior estudio del test, llama la atención de los resultados, la gran homogeneidad que presentan los ítems respecto del test global, y que de alguna manera se refleja en las correlaciones de cada subtest con el resto, todas mayores de 0,5, lo que abunda en lo expuesto anteriormente, que los fenómenos explorados en este test, aun siendo de naturaleza tan distinta, mantienen entre sí, y además con valores muy similares, una correlación notable.
Los altos valores de fiabilidad obtenidos con los subtest y especialmente con el test confirman que los criterios seguidos para seleccionar los ítems de acuerdo con su grado de aportación a la fiabilidad del test, han sido del todo satisfactorios.
3. RESULTADOS
Del análisis de los datos globales referidos a las diferentes subpruebas se deduce que:
- Direccionalidad: Es la prueba que menos discrimina.
- A los 5 años y 12 meses, casi el 60% de los niños tiene adquirida su automatización en los patrones espaciales correctos.
- Pulsión tónica: La integración de este factor es de evolución lenta.
- A los 5 años y 12 meses tan sólo el 20% de los niños la domina.
- De los 7 años y 12 meses hasta los 8 años, aún el 40% de los niños no llega a discriminarla.
- Coordinación visomotora: Es la prueba que más discrimina, porque contiene ítems lo suficientemente complicados
como para detectar a los niños con mayor y menor maduración. - Codificación-descodificación: Presenta una evolución lenta, semejante a la subprueba de la pulsión tónica.
Del análisis de los resultados obtenidos se pueden hacer otras consideraciones de interés:
- El test se muestra sensible para rastrear conductas de baja puntuación.
- En los cinco grupos de muestra escogidos tiende a aparecer la discriminación normal.
- La mayoría de los niños de la muestra obtienen puntuaciones medias.
Nuestra experiencia escolar y clínica con el T.H.G. nos ha puesto de manifiesto que en los niños en los que los percentiles se situaban por debajo de 30 presentaban dificultades que requerían estimulación; cuando los percentiles se situaban por debajo de 10 en varios de los subtest, habría que hacer un examen psicológico complementario, porque en la mayoría de estos casos nos hallamos ante signos evidentes de disfunción. Aunque estas consideraciones deben tomarse con la necesaria prudencia y, sobre todo, servir de referencia para futuros trabajos, creemos que la banda percentil entre 10-30 expresa dificultades ligeras subsanables tan sólo con una estimulación específica grafomotora. Ante la aparición de, al menos, tres áreas con percentiles situados entre la banda 0-10 debe plantearse una reeducación psicomotora previa que estimule el desarrollo de las estructuras que están en la base de la evolución del proceso grafomotor.
Los trabajos llevados a cabo por nuestro equipo han puesto de manifiesto la utilidad de la «estructura interna» del test en cuanto a estimulación en niños con bajas puntuaciones. Así, cuando un área o subprueba nos indica que debe estimularse, debemos analizar dentro de ella y merced a su estructura interna qué factores han concurrido a su baja puntuación. Serán estos factores los que deben estimularse. Por ejemplo, si un niño se sitúa con una puntuación baja en direccionalidad debemos analizar si ésta es producto del fallo en algún factor aislado o en los dos de los que consta. Si los ítems fallidos han correspondido al factor del barrido perceptivo-motor, la estimulación sobre la direccionalidad se centrará en los procesos perceptivo-motores y no en los de barrido visual, que han tenido respuestas correctas.
Esta situación debe generalizarse en un plan concreto de acción pedagógica gracias a la traslación del análisis de la estructura interna completa del test en la hoja de puntuaciones.